sábado, 13 de abril de 2019

Para ser feliz hay que tener sólo lo que no se compra ni vende


Para ser feliz hay que tener sólo lo que no se compra ni vende


¿Qué es la felicidad? Existen muchas definiciones pero es imposible encontrar la mejor porque cada una tiene el sesgo de quien lo define. La felicidad es personal, existe, pero no es un bien o servicio en venta en los  mercados. Existe a través de sentimientos, sensaciones, experiencias  como la amistad, el amor, la paz interior, la empatía y otros valores personales y humanos. Cuando alguien intenta venderte la felicidad como una mercancía que se entrega en cantidad directamente proporcional el precio pagado, aléjate, huye y no caigas en la trampa. Los gurús laicos o religiosos, los expertos en felicidad, sólo buscan tu dinero y aprovecharse de tu debilidad o flaqueza mental o espiritual.

La felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos, sino cuando disfrutamos lo que tenemos. Mucho de lo que se desea puede comprarse, y si ese fuera el secreto de la felicidad, los ricos serían inmensamente felices y los pobres, abrumadoramente infelices. Yo soy pobre, muchos problemas en las espaldas, pero tengo muchas razones para ser feliz. Casi no tengo dinero para comprar lo que deseo, pero disfruto lo poco y bueno que me llegue a la vida, como la amistad de cuatro o cinco personas.


La búsqueda de la felicidad no es un asunto trivial ni frívolo. Es tan importante y necesaria como la sabiduría; en todos los tiempos  y culturas la gente ha buscado la sabiduría y la felicidad. Nadie niega su existencia e importancia, nadie la rechaza; aunque pocos saben disfrutarla plenamente cuando la tienen, pocos saben buscar y reconocerla, pocos saben que la felicidad está ligada a otras condiciones.

Es posible encontrar cientos de consejos sobre la felicidad, teorías con o sin componente religioso o místico, decálogos (Diez consejos para ser feliz), dodecálogos (Doce reglas para obtener la felicidad), pentálogos (Cinco claves para ser feliz), heptálogos (siete trucos infalibles para lograr la felicidad), etcétera y etcétera. Con ligeras diferencias en todos los consejos, se descubre que los que es realmente valioso para la vida y la felicidad es lo que no tiene precio, lo que no se compra, lo que no está en subasta en el mercado, no se vende por Amazon ni está en los estantes de Wal-Mart, Krogger, Carrefour.



Les propongo elaborar un indicador del grado de felicidad; es arbitrario, pero como un juego es válido. Al final de cuentas todos los índices son arbitrarios, dependen del interés y principios de los creadores.

Índice de felicidad

IF = a*Amor+b*Amistad+c*Gratitud+d*Perdón+e*Serenidad+e*Conciencia

Dónde: a+b+c+d+e+f+ =1 ,

Los pesos o ponderaciones, los asigna usted según sus prioridades, valores y visón personal de la vida, el mundo, la trascendencia. Para el puntaje  de las “cosas valiosas de la vida”, que no tienen precio (el amor y los demás), asigne una escala: Puede ser de 0 a 10, de 0 a 100, o como en el caso de la evaluación escolar de 0 a 20, o bien de 0 a 5.

Un valor de 0 (cero)  indica que usted no ha conseguido nada en ese componente. Hay que reflexionar y descubrir las razones por las que está ausente. Si no existe amor en la ecuación, ¿quizás es usted egoísta? ¿Se reúne o busca a las personas inadecuadas, por ejemplo, falsos amigos en vez de la familia y seres queridos? ¿Confunde gestos falsos e interesados con el amor verdadero?  Hay que pensar en esto, y recuerde que no se trata de comprar o conseguir el amor con malas artes.

Si obtiene el puntaje más alto, no se descuide; existe cierto grado de volatilidad, hay que cuidar la amistad, hay que mantener los principios y reglas que crean la amistad auténtica. Hay que emplear tiempo, energía, recursos para mantener el amor, la amistad, la serenidad en los niveles más altos. El orden y armonía en el universo no son espontáneos.

Luego, cuénteme, ¿Cuál es vuestro índice de felicidad? ¿Qué puntaje y ponderaciones asigna al amor, a la amistad, la serenidad?