Para ser feliz hay que
tener sólo lo que no se compra ni vende
¿Qué
es la felicidad? Existen muchas definiciones pero es imposible encontrar la
mejor porque cada una tiene el sesgo de quien lo define. La felicidad es
personal, existe, pero no es un bien o servicio en venta en los mercados. Existe a través de sentimientos,
sensaciones, experiencias como la amistad,
el amor, la paz interior, la empatía y otros valores personales y humanos. Cuando
alguien intenta venderte la felicidad como una mercancía que se entrega en
cantidad directamente proporcional el precio pagado, aléjate, huye y no caigas
en la trampa. Los gurús laicos o religiosos, los expertos en felicidad, sólo
buscan tu dinero y aprovecharse de tu debilidad o flaqueza mental o espiritual.
La
felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos, sino cuando disfrutamos
lo que tenemos. Mucho de lo que se desea puede comprarse, y si ese fuera el
secreto de la felicidad, los ricos serían inmensamente felices y los pobres,
abrumadoramente infelices. Yo soy pobre, muchos problemas en las espaldas, pero
tengo muchas razones para ser feliz. Casi no tengo dinero para comprar lo que
deseo, pero disfruto lo poco y bueno que me llegue a la vida, como la amistad
de cuatro o cinco personas.
La
búsqueda de la felicidad no es un asunto trivial ni frívolo. Es tan importante
y necesaria como la sabiduría; en todos los tiempos y culturas la gente ha buscado la sabiduría y
la felicidad. Nadie niega su existencia e importancia, nadie la rechaza; aunque
pocos saben disfrutarla plenamente cuando la tienen, pocos saben buscar y
reconocerla, pocos saben que la felicidad está ligada a otras condiciones.
Es
posible encontrar cientos de consejos sobre la felicidad, teorías con o sin
componente religioso o místico, decálogos (Diez consejos para ser feliz), dodecálogos
(Doce reglas para obtener la felicidad), pentálogos (Cinco claves para ser
feliz), heptálogos (siete trucos infalibles para lograr la felicidad), etcétera
y etcétera. Con ligeras diferencias en todos los consejos, se descubre que los
que es realmente valioso para la vida y la felicidad es lo que no tiene precio,
lo que no se compra, lo que no está en subasta en el mercado, no se vende por
Amazon ni está en los estantes de Wal-Mart, Krogger, Carrefour.
Les
propongo elaborar un indicador del grado de felicidad; es arbitrario, pero como
un juego es válido. Al final de cuentas todos los índices son arbitrarios,
dependen del interés y principios de los creadores.
Índice
de felicidad
IF
= a*Amor+b*Amistad+c*Gratitud+d*Perdón+e*Serenidad+e*Conciencia
Dónde:
a+b+c+d+e+f+ =1 ,
Los
pesos o ponderaciones, los asigna usted según sus prioridades, valores y visón
personal de la vida, el mundo, la trascendencia. Para el puntaje de las “cosas valiosas de la vida”, que no
tienen precio (el amor y los demás), asigne una escala: Puede ser de 0 a 10, de
0 a 100, o como en el caso de la evaluación escolar de 0 a 20, o bien de 0 a 5.
Un
valor de 0 (cero) indica que usted no ha
conseguido nada en ese componente. Hay que reflexionar y descubrir las razones por
las que está ausente. Si no existe amor en la ecuación, ¿quizás es usted
egoísta? ¿Se reúne o busca a las personas inadecuadas, por ejemplo, falsos
amigos en vez de la familia y seres queridos? ¿Confunde gestos falsos e
interesados con el amor verdadero? Hay
que pensar en esto, y recuerde que no se trata de comprar o conseguir el amor con
malas artes.
Si
obtiene el puntaje más alto, no se descuide; existe cierto grado de
volatilidad, hay que cuidar la amistad, hay que mantener los principios y
reglas que crean la amistad auténtica. Hay que emplear tiempo, energía,
recursos para mantener el amor, la amistad, la serenidad en los niveles más
altos. El orden y armonía en el universo no son espontáneos.
Luego,
cuénteme, ¿Cuál es vuestro índice de felicidad? ¿Qué puntaje y ponderaciones
asigna al amor, a la amistad, la serenidad?