viernes, 31 de octubre de 2014

PBI y el Mito de la caverna


Cuando el PBI aumenta, ¿realmente crece un país?

 
Introducción

 
Platón en el desarrollo de su filosofía, señala que las realidades deben ser vistas desde el punto de vista de las ideas, así será posible "salvar" o superar las apariencias que para el hombre común parecen constituir toda la realidad. En la famosa imagen de la caverna (República, VII), se muestra  que estamos encadenados y obligados a contemplar solamente las sombras de las cosas que la luz exterior proyecta sobre la inmensa pared hacia la cual se nos fuerza a dirigir la vista. (Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, p. 424-425)

 Respecto al problema del conocimiento verdadero, Platón da a entender que puede llevarse en esta vida una existencia semejante a la de los dioses, con la posibilidad de contemplar las ideas, es decir el conocimiento,  directamente  y no ver solo los reflejos. La explicación de la realidad por medio de las opiniones o reflejos constituye sofismas que deben evitarse.

 Esta propuesta hace pensar en la economía, en relación al PBI. Cuando se publica el resultado anual y se reclama con orgullo el mérito de lograr el crecimiento anual por periodos prolongados y a tasas significativas, es posible que se vean solo las sombras, las apariencias y no verdadera realidad que ese crecimiento representa.

 La pregunta parece tener una respuesta obvia. Cuando el PBI aumenta es porque  el país ha tenido un crecimiento económico. Sin embargo, antes de aceptar esta afirmación es bueno determinar en qué país se toman los datos.

 Supongamos que el PBI en el año 0 es 100 en cuatro países (A,  B, C  y D) y que  hay un  crecimiento anual constante  de 5% para todos, entonces  para un horizonte de cinco años, tendríamos el siguiente panorama:

 


Se entiende que el crecimiento debe tener impacto en el desarrollo económico y social, el que a su vez se refleja en la mayor posibilidad de que la población tenga a acceso a servicios de educación, salud y seguridad de calidad y amplio alcance,  así como la existencia de medios y oportunidades para el desarrollo personal y social. Esto incluye infraestructura de calidad, instituciones sociales confiables, una visión de país compartida para la cual haya compromiso explícito e implícito de toda la sociedad.

 Cuando nada o muy poco del anterior se presenta en correlación con el crecimiento del PBI, entonces el panorama real sería el siguiente:

 



El PBI (producto bruto interno) se define como la suma del valor monetario de los bienes y servicios finales producidos en un periodo de un año”. Cuando hablamos de bienes, se incluyen las carreteras, escuelas,  hospitales construidos, los servicios sociales como alimentación escolar, campañas de salud, pensiones para mayor edad; entre otros elementos. Si  se considera un hospital como parte del aporte al PBI; se entiende que funciona bien, que está bien equipado, que es un lugar donde la población encuentra la atención que demanda. No debería ser parte del PBI un hospital muy caro, que sólo se ve bien en el momento de la  inauguración oficial y que luego revele las deficiencias y carencias, que no se deben a errores o malos cálculos sino a actos deliberados inducidos por la corrupción e incompetencia.

 ¿Y qué significa la denominación A,  B, C o D asignada a los países? ¿Por qué a pesar de tener  el mismo valor inicial y  la misa tasa de crecimiento, se llega a resultados distintos?

 La denominación A corresponde  a un país ideal, donde el nivel de corrupción es cero, de manera que si se dispone de un presupuesto para obras públicas por un monto de 20, se invierten los 20 y el  resultados son obras públicas completas y operativas. Así,  un hospital estará equipado completamente, con personal , recursos y servicios completos para que funcione; una carretera  será transitable durante años, sujeta a mantenimiento preventivo  y sólo salvo circunstancias extremas, mantenimiento correctivo.

 El país B se puede asociar a la mayoría de  países desarrollados con alto desempeño económico y niveles de crecimiento, con un nivel de corrupción bajo; los países C y D son aquellos en los que el nivel de corrupción es tan alto que no solamente se percibe porque los actos de corrupción son abiertos, públicas, admitidos o tolerados por la población, que forman parte de la cultura sino que sus efectos se aprecian directamente en la actividad económica y el desarrollo.

 En el país D, puede construirse un hospital, teóricamente con la misma capacidad de cobertura del hospital para el país  A, pero la deficiencia de la construcción (estructural, materiales de baja calidad, sin posibilidades de pasar pruebas específicas), la ausencia de equipamiento o la mala calidad de éste (de segunda clase o reciclado que se hace pasar como nuevo), sin dotación de personal médico y auxiliar capacitado, hacen que en la práctica solo sea un elefante blanco y que la población no perciba un beneficio sino un perjuicio y que los servicios de este hospital sean la peor opción disponible. La carretera desaparece por acción el viento en pocos meses aunque se sigue gastando ingentes cantidades en el  "mantenimiento" de un bien que no existe. En el país  D la gente puede tener salarios más altos como consecuencia del crecimiento, pero esto es una ventaja aparente cuando se descubre que hay que gastar más en búsqueda se servicios de salud o educación de mejor calidad o en recuperarse de las pérdidas continuas por la inseguridad.



PBI verdadero y PBI falso


Para empezar,  elegimos  la base 100 como valor inicial del PBI para eliminar el problema del tamaño de la economía , la moneda en que se expresa y otras consideraciones de manera que puede  percibir el fenómeno real del crecimiento.

El país B puede tener una población de 60 millones habitantes y un PBI de dos billones de dólares, el país D una población de 30 millones y un PBI de ochenta mil millones de dólares, a primera vista no hay comparación, pero el empleo de una cifra estandarizada evita las discusiones. Por otra parte, cuando hay crecimiento y éste repercute en el desarrollo, se entiende que beneficia   a toda la sociedad; si hay crecimiento  y no se percibe  desarrollo, queda afectada toda la sociedad. Dejamos de lado el caso que siempre habrá un grupo que se beneficia más o se perjudica  menos; en todo caso es materia de un estudio más completo.

La explicación de estas diferencia radica en  un fenómeno presente de manera cada vez más agresiva en países del tipo C y D, y por comodidad teórica  no se incluye en muchos estudios económicos. Asumimos que la corrupción; en el país A es 0%, en el  país B de 10%, en el país C de 50% y en el país D de 70%. ¿Cómo explicarnos este porcentaje?

 
En el país A ideal, tomamos solamente como ejemplo el sector público y asumimos que el sector privado tiene la misma orientación , porque es un hecho innegable  que la cultura de la corrupción o de la honestidad  es compartida  por ambos  sectores., Si el estado es altamente corrupto, lo será el sector privado porque no existe otra manera de actuar;  si en el estado existe alto nivel  de honestidad, del mismo modo se actúa el sector privado porque hacerlo de otra manera implicaría sanciones sociales y penales efectivas. (Nota 1)

 En el país A con un PBI de 100 el año 0, se programa gasto público de 20 para programas sociales; 25 para construir escuelas y hospitales, 20 para carreteras; en el año 1 se gastan justamente las cantidad indicadas en la forma planeada;  al final del año en  el país existirán una escuela, un hospital , una carretera con las características mostradas en los proyectos respectivos. Naturalmente, la población recibirá los servicios plenos de estas obras, lo que es un indicador de desarrollo.

 En el país D, frecuente en zonas atrasadas  y condenadas al atraso y falso desarrollo pese a ubicarse en área geográficas privilegiadas  por la naturaleza, se presenta la situación así:  Se destina se programa gasto público de 20 para programas sociales; 25 para construir escuelas y hospitales, 20 para carreteras.  En el año 1, los funcionarios corruptos en complicidad con los contratistas deciden apropiarse del 70% del monto de las obras, por lo que solamente   se invertirá 30% en cada caso.

Los contratistas, para recuperar pérdidas, reducen costos “respetando el proyecto original” pero construyendo escuelas  hospitales, carreteras estructuralmente  deficientes, con materiales de baja calidad , con mano de obra no calificada; con equipamiento de ínfima calidad o reciclado, con funcionalidad incompleta. Los hospitales se inundan al primer mes de funcionamiento, los equipos de atención médica se malogran a dos meses de uso y no existen repuestos porque se compraron en acuerdos sospechosos con países que dejaron de producirlos hace años y liquidan sus stocks sobrantes; las carreteras se deterioran al paso del primer vehículo pesado y aunque se menciona el mantenimiento, éste nunca se realizan.  El que siempre gana es el funcionario público (o el grupo funcionarios que actúan en complicidad) que tiene la opción de dejarlo de lado y elegir a otros contratistas más complacientes. En cuanto a los servicios sociales, si se trata de proporcionar alimentación a escolares, se entregan productos deteriorados, insalubres e inservibles de bajo costo y sin garantías.

Naturalmente, la aprobación de las obras o el visto bueno para las entregas de bienes (mejor dicho, la aceptación del fraude o la "vista gorda" )  por parte de las autoridades está asegurada. En el cuadro se muestra el origen de las diferencias.


Así, el PBI declarado sólo existe  en el papel pero en la realidad no existe un sustento real que respalde las cifras. Es cierto que hay o puede haber más escuelas, más hospitales, más carreteras pero son tan inútiles e inservibles que en términos prácticos, se puede decir que no existen. Por ello, tiene lógica la afirmación de analistas económicos en algunos países cuando se comparan con vecinos prósperos y declaran que para llegar al nivel de ellos en el año 5, por citar un ejemplo, tiene un retraso de 25 años. Efectivamente, el cálculo para el año 30  PBI = 38,3*(1+5%) 25 = 129,7 (Nota 2)

Una observación final. La expresión funcional  del PBI es

PBI = f(C, G,  I, XN)       Fórmula 1

               +   + +     +

Donde algunas variables que inciden negativamente, como la corrupción, tienen  poca importancia y se ignorar. Este es el caso de países A o B. Para  los países  C o D, la expresión debería ser:

PBI = f (C,  I,  G,  XN, Corrupción)    Fórmula 2

                +  +   +     +           -

 
La corrupción una variable significativa, de manera que si se construye un modelo de regresión con datos reales, la validez estadística de esta variable sería muy alta.

De acuerdo a lo anterior, se puede ver que la nueva variable de la fórmula 2 explica porque aunque el país experimente crecimiento económico, también se forman y crecen  las “villas miseria”, los bolsones pobreza, la exclusión, los bajos niveles  educativos o de salud, la inseguridad, la atención  paupérrima a los sectores desfavorecidos. Asimismo, se entenderá porque algunos países pese a tener los medios, recursos y oportunidades para crecer y desarrollarse no lo logran quedando condenados  a un deterioro y envilecimiento continuos. Las “sombras platónicas” en la caverna  son las altas cifras de crecimiento del PBI; la realidad que está detrás y que no se puede ver son estas “villas miseria” y todos los problemas sociales asociados.



 
Con esto también se  entiende como países  como A o B o muy cerca de ellos, presentan crecimiento  económico que se exterioriza  en altos niveles de desarrollo económico, social, cultural, científico, tecnológico.

 Conclusiones

a.      Las afirmaciones  mostradas parecen una herejía respecto a los estudios y publicaciones oficiales del PBI en muchos países, especialmente los no desarrollados o aquellos donde la corrupción es ya una característica  cultural.

b.      El cálculo real debe mostrarse restando en las variables componentes la fracción que se pierden en las cuentas secretas y empresas creadas para ocultar los latrocinios.

c.       La evidencia real está a la vista: países que tienen crecimiento espectacular, que tiene inmensas dotaciones de recursos, siguen postrados en el atraso, la miseria, bajos niveles de  competitividad (países C y D) mientras que los países  A o B , aún sin tener los recursos naturales o el espacio geográfico, además del crecimiento económico revelan un alto grado de  desarrollo económico y social.

d.      Al parecer , hay que adoptar la visión platónica y esforzarse  por entender que hay detrás de las apariencias: Si el PBI crece, ¿realmente es crecimiento verdadero?¿Realmente la sociedad se beneficia con este “crecimiento” o es solamente una treta sofística de los que controlan  el  poder para justificar o encubrir  conductas inadecuadas?

Nota 1. En dos países  latinoamericanos, vecinos, se presenta el siguiente caso En el país A, corrupto, un conductor de auto que comete una infracción grave puede librarse de la sanción, multa o cárcel pagando un soborno al policía; incuso puede cometer un delito muy grave como atropellar y matar al transeúnte. La coima será más alta, pero siempre será posible al arreglo criminal; el policía ya sabe cómo tergiversar los hechos. En el país vecino, más desarrollado, con mayor cultura, mejores servicios educativos y de salud,  y menor nivel de corrupción, es prácticamente imposible  que el conductor soborne al policía incluso por una infracción ligera como la de pasar  una luz roja aun cuando no haya tráfico. El intento de soborno implicará  el arresto y la sanción efectiva por el juez. El primer país es del tipo C o D, el otro es del tipo B o A.

Nota 2. Si un padre de familia tiene un ingreso de inicial 100 y los destina totalmente en el  mejoramiento del potencial familiar en todos los aspectos (educación, mejoramiento de la casa, compra de bienes, etc.) en cinco años puede lograr el valor de 127,6 (como el PBI creciendo a la tasa del 5% anual). Si por el contrario,  desvía sistemáticamente  70 de cada 100 para amoríos ilícitos, diversiones, vicios y otras cosas ajenas al bienestar de la familia, para lograr el monto de 127,9 necesitará al menos 30 años. Y esto, si con mucha suerte mantiene el potencial productivo durante este largo periodo(igual que un país).

Referencias

Ferrater Mora, José, (1964) Diccionario de Filosofía, Tomo II
Editorial Sudamericana Buenos Aires