jueves, 19 de junio de 2014

La corrupción-otra variable macroeconómica


Convencionalmente, se enseña que el PBI por el lado del gasto es igual a PBI = C+I+G+(X-M). La corrupción generalizada y creciente en todos los niveles de gobierno en prácticamente todos los países latinoamericanos y muchos más en el mundo ya no es un hecho anecdótico, que puede ser considerado como parte del concepto de “errores u omisiones”, sino que al ser significativo, en muchos casos más allá del 5% del PBI declarado, ya es una variable, con derecho propio, que merece ser mostrada y analizada.

 

La nueva fórmula  debería ser: PBI = C+I + G+ (X-M) – CP , donde CP = corrupción.

 

El impacto es ciertamente negativo y el análisis revela que por ella, la oferta o demanda agregada siempre retroceden, por ello no debe ocultarse. En algunos casos, hasta parece ser la expresión de una industria o u sector organizado, institucionalizados, con agentes económicos activos que propician su permanencia y contribuyen a la mayor intensidad, la industria de la corrupción . En países como el Perú, el  poder legislativo, el poder judicial, el sistema policial, los niveles de gobierno central (Ministerio) o gobiernos  regionales o locales practican abiertamente, sin pudor y con impunidad,   como si fuera un deporte competitivo abiertamente estos  actos de corrupción;  entonces es imposible ignorar su presencia en el agregado macroeconómico. 

 

No es casual que en este momento haya un ex-presidente  en la cárcel, otros dos ex presidentes cuestionados por delitos no evaluados con objetividad e imparcialidad por un poder judicial permisivo y protector, por ser parte de la industria de la corrupción, actualmente un presente regional en la cárcel por delitos económicos y homicidios, otros fugitivos, y unos cuantos ya en la mira de los fiscales; dos congresistas suspendidos por delitos económicos y otros de naturaleza variada, etcétera. Al final  cuentas , todo no pasará de un escándalo que no hace mella en estos sujetos porque no tienen dignidad ni vergüenza, pero revelan la precariedad y mismo nivel de la moral e indican  la presencia predominante de la corrupción. El país de la estrella solitaria, en el sur de Latinoamérica, quizás sea el único que puede jactarse de que al final del gobierno, los ex presidentes son ciudadanos comunes y corrientes, respetables y respetados, nunca fugitivos o sujetos señalados por conducta impropia.

 

De manera conservadora, si en cada obra o proyecto de inversión pública se desvía 20% o más del valor de estos proyectos como coimas, pagos para ganar la licitación o aprobación; si en los gastos corrientes un gran porcentaje se desvía en la forma de pagos ilegales por consultoría inexistentes o fraudulentas, trabajos de investigación ficticios y muchas otras formas ; entonces, en  conjunto la depredación económica excede largamente el 5%.

 

La sobrevaloración es la forma más frecuente con cambios que superan muchas veces en dos o tres veces el valor inicial .¿Podría decirse que los ingenieros y calculistas de los proyectos de inversión pública son tan torpes e ineptos que cometen errores garrafales? Se admite que por reajustes un 10 % a 20% pueden ser razonables, pero “errores de 200% o 300% “ ya no son muestra de ineptitud de los ingenieros, más bien de la corrupción y la voracidad infinita de los todos  involucrados en la toma de decisiones. 

 

La teoría macroeconómica en la que se enseña esta identidad PBI = C+I+G+(X-M) es válida para países con otra mentalidad, valores y comportamiento diferentes a los que se puede comprobar en los países latinoamericanos, africanos y otros países atrasados, sin futuro . O quizás para otros tiempos, pero no ahora.